El Movimiento Cuir nos da el verano que nunca tuvimos

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La presencia cuir sacude El Género en Puerto Rico — y ya era hora. 

Históricamente, ya la música ha contado con distintos queer figures que han insistido en retar El Género y su mundo mayormente masculino. Personajes como Mykki Blanco, Princess Nokia, La Delfi y Kevin Fret, quien fue asesinado durante el la madrugada del 10 de enero del año pasado en Puerto Rico.

Para les bori-cuirs, el 2020 ha sido un año de continuos arrebatos, comenzando con la introducción de un nuevo Código Civil que, en gran parte, vulnerabiliza aún más a la comunidad LGBTTQIA+ en la Isla. A esto le sigue una cifra significativa de asesinatos de personas trans, junto con la aproximación de unas elecciones para la gobernación, que cuentan con al menos tres candidatos fundamentalistas.

(También teníamos a Tata Charbonier haciendo de las suyas, pero ya ustedes saben cómo acabó eso. #BuiltDifferent)

A pesar de todo, en medio de este caos, de este duelo, la comunidad se rinde a una sola cosa: el perreo. Porque ante esto también se arrima una nueva ola de artistas cuir, quienes ponen la creación sobre el temor, la fuerza sobre el cansancio y la música sobre el coraje. 

Quienes en medio de un año sin verano nos dan el calentón que necesitamos para sobrevivir este frío temporal. 

KETAPRINCESA DE VILLANO ANTILLANO

¿Qué te motivó iniciar una carrera en la música? 

Como persona caribeña, une crece con música. Y en mi casa era muy así. Mi papá siempre fue muy musical y artístico. Mi mamá escuchaba más rap y pop. Así que vacilaba entre esos dos mundos. 

Pero siempre digo que el rap tú no lo escoges. Eso te escoge a ti. Era una cosa que no podía contener. Tenía demasiado que decir.

Tu primer proyecto, Tiranía, es bien diferente a Ketaprincesa. Háblanos un poco sobre lo que significa cada uno.

Tiranía fue un proyecto catártico. Estaba en una necesidad de cerrar capítulos y, a la vez, ya anticipaba esa nostalgia. Supongo que me di cuenta que estaba aferrándome a cosas de las que no me tenía que aferrar para nada. Ketaprincesa es una oda a la perrería. Me entregué a la vida nocturna, al vacilón y a mi propia realidad cuir aquí en La Metro. Y eso es lo que captura en esencia. 

¿De dónde salió la idea de Ketaprincesa?

Era un vacilón que tenía con amistades. No sé si fui yo o mi mejor amiga, pero alguien se puso “Ketaprincesa” en Twitter. Y se me pegó. La canción salió de ahí. Me encantó el concepto porque suena poderoso. Como ser realeza, pero no necesariamente de algo tan bueno. 

El uso de sustancias está bien presente en Ketaprincesa, que igual es un tema recurrente en El Movimiento. Pero en el EP pareciste invertirlo a algo más cuir.

Es subversivo. Las drogas parecen ser un tema medular, pero la realidad es que dentro de nuestra comunidad hay mucho abuso de sustancias. No conozco la razón pero solo asumo que tiene que ver con el rechazo que recibimos constantemente. Ketaprincesa apunta a esta realidad, aunque no la condeno. 

A mí me gusta la vida nocturna, me gusta joder y me gustan las sustancias. Pero es más sobre cómo se usan. O sea, qué rico que estamos aquí pasándola bien, corillo, pero chequéense cuando lleguen a sus casas. 

Ketaprincesa es una oda a la perrería.

Ketaprincesa también nos introdujo a tu fijación por el transformismo, ¿cierto?

Es más sobre mi propia identidad. Llegué a una etapa en la que le perdí sentido al binario, le perdí el miedo. Como hombre soy bello, como mujer también, ¿entiendes? Soy to’ terreno, soy 4×4. Tocar este lado femenino y ser cuir me permite sumergir en mi idea de lo que es the divine feminine. Y entender que soy una persona no-binaria. 

¿Cuáles son tus pronombres de preferencia?

Me puedes decir cualquiera. Él, elle, ella. 

¿Cómo te sientes respecto a lo cuir y su participación en El Movimiento?

Se están teniendo conversaciones bien interesantes, especialmente con personas dentro de El Género. En el underground ha habido un shift increíble, tanto en el género como en el sonido. Y nos tienen bien pendientes, saben que somos la mayoría dentro de su fanaticada. Pienso que se está moviendo a un lugar bien inclusivo. 

Ahora se nos facilita poder contar nuestras historias. Nunca nos van a poder borrar. Y si no soy yo, es la que viene. 

Hablando del futuro, ¿qué podemos esperar de Villano Antillano?

Estoy tratando de coger un break, pero es casi imposible. Actualmente estoy grabando un cortometraje y es lo más complejo que he hecho en mi vida Y sí, incluye música original.

¿Nos puedes hablar más sobre el cortometraje? ¿De qué trata?

Es más bien como un reclamo de justicia a través del burlesque, utilizando sucesos reales que acontecieron en Puerto Rico. Hay mucho realismo mágico, mayormente inspirado en mi amor por Gabriel García Márquez. Pero también inspirado en cómo se aplica el realismo mágico en proyectos como Lemonade y Black Is King.

¿Quién te inspira como artista? 

En primer lugar, Nicki Minaj. Creo que tuve un awakening como individuo cuando la descubrí. Me encantó ver la fortaleza que aportaba a la música, y me sentí inspirade y representade ya que no me identificaba con lo masculino. Me siento igual con Ivy Queen. 

Aparte, me encanta Silvio Rodríguez y mi artista favorito de todos los tiempos es Gustavo Cerati. Todavía sigo descubriendo cosas de él. Es maravilloso. 

¿Hay algo más que te gustaría que la gente sepa? 

Todo esto es auto-gestionado. A mí nadie me regala nada. Nadie me paga por esto. Y desde afuera, nadie nos conoce como nosotres mismes. Nadie puede mercadear nuestra historia sin nuestra presencia.

SER TRANS? NORMAL EN MÍ Y ARCOÍRIS PA’ LAS PONKAS DE GABRIEL JOSUÉ a.k.a. CONFUSIA

¿Cómo te acercaste a la música? 

Desde pequeña, tenía esta idea de cantar. Siempre quise cantar en los talent shows pero no me atrevía. Mi mamá dice que una vez llegué a cantar “Píntame” de Elvis Crespo en tarima, pero yo no lo recuerdo. 

En la cuarentena, me puse a escribir. Un día estaba hablando con mi novia y le dije que iba a comenzar a escribir canciones. De ahí salió “Ser Trans? Normal En Mí”.

¿Por qué optaste por hacer una canción de rap?

Nunca me he sentido segura sobre mi voz. Pero supuse que si rapeaba, no tenía que cantar. Aunque ese no siempre es el caso. También era la manera en la que estaba escribiendo, con versos rápidos y cortos. 

Siento que el mundo necesita saber: ¿Qué querías decir con “Deja el vodky, son Swarovski”? 

Es un juego de palabras. Mezclé la palabra “vodka” con “broski” para tripear con el lenguaje. De ahí salió “vodky”. Lo de “Swarovski” fue inspirado en Rihanna cuando la cuestionaron por su traje y ella contestó: “They’re covered in Swarovski crystals, girl!”

Pero el punto del verso es que estoy cabrona, de verdad estoy diciendo: “deja la mierda, yo valgo miles”. 

Háblanos sobre “Arcoíris Pa’ Las Ponkas”. 

Antes que todo, quiero decir que nunca se debería decir la palabra “ponka” hacia las mujeres trans. Aparte de la connotación negativa que tiene, también se utiliza para invalidar lo femme

Estoy de acuerdo. ¿Por qué decidiste utilizarla?

Quise poner la palabra en el título para reapropiarme de ella, ya que me la decían mucho antes. Sé que hay personas que la usan para tirarle la mala a les femmes, pero, en mi caso, yo les amo. Les amo en un sentido emocional y sexual. 

La canción también juega con las ideas que tenemos de los colores. Lo variados que pueden ser, como la misma comunidad LGBTTQIA+. Porque, literal, hay muchos colores. Y no siempre son lo que pensamos.

Yo, como persona trans no-binaria, me siento como una pionera de este movimiento.

¿Cómo te sientes respecto a este surgimiento de artistas cuir en el género urbano?

Es necesario. Yo, como persona trans no-binaria, me siento como una pionera de este movimiento. Aunque sé que antes de nosotres habían otres, como Kevin Fret. Como también hay gente cuir de la que nunca conoceremos. 

También tengo miedo. No solo por ser trans, sino también por hacer música. Tengo miedo de que me hieran o me maten. Y es algo que la gente necesita entender, que esto es lo que amo, pero también es un riesgo. 

¿Quién te inspira como artista? 

Yo misma me inspiro. Yo escribo mis canciones, lo estoy haciendo todo sola. Y eso me inspira. Pero también muchas mujeres negras en la industria de la música, como Doja Cat, Nicki Minaj, Rihanna, Chloe x Halle y Beyoncé. Tantas y tantas. No habría música urbana sin artistas negres. 

¿Hay algo más que te gustaría que la gente sepa? 

Hacer música requiere tiempo. Va a salir un nuevo single en diciembre, pero más nada hasta el 2021. Necesito tiempo para crear, estudiar y dinero para hacer algo award-winning. No quiero hacer cualquier cosa.

BAIROPOLIS DE ANA MACHO

¿Dirías que Karhu Castro y Ana Macho son personas diferentes? 

Eso es algo que hablo mucho con mi terapeuta. Es una contingencia. No creo que hay mucha diferencia entre Karhu y Ana Macho, pero sí digo cosas que siento a través de ella. En ese sentido, es mi persona pero no un personaje. 

¿Siempre supiste que ibas a hacer música como Ana Macho?

Me crié con músicos; mi papá toca la guitarra y el saxofón. Así que siempre supe que haría música. Cuando vi a Bad Bunny en “Yo Perreo Sola” me di cuenta que me estaba comiendo la mierda. Y me la había comido tanto que un tipo heterosexual se me adelantó. 

Si él podía sacar de su tiempo para cantar en drag, ¿por qué yo no? Ya lo hago. 

La primera canción que sacaste fue “Tra” y rápido pensé en Bad Gyal, de quien eres bien fan. 

Sí, there’s a story behind that! Estaba escuchando “Tra” y supongo que me dio risa porque la canción no es un perreo exactamente, pero habla sobre perrear. Quise hacer mi propipo “Tra” con un sentido y un sonido más literal. 

¿Cuál es tu canción favorita de Bairopolis?

Siempre fluctúa. Ahora mismo mi favorita es “Moodsazo”. La he estado repitiendo mucho últimamente. Pero en verdad todas. 

Háblame sobre “Operación Bairopolis”. 

La gente sabe que me estaba tripeando a Lin-Manuel Miranda, pero también quería que fuese deadass. Quería que la gente la escuchara y en el proceso se preguntara: “¿Este tipo de verdad va a nombrar todos los pueblos?”

También me inspiré en “Loco Mía” de Locomanía y en cómo la canción habla sobre Ibiza de una manera más sinsentido.

Creo que la canción que más capturó la atención de les listeners fue “Space Caco”. Háblanos sobre la idea de la canción y la historia detrás de ella. 

“Space Caco” era una canción que escribí originalmente para Bad Bunny, cambiándole la letra a “Space Cowboy” de Kacey Musgraves. La cantaba al final de mis stand ups.

Para la versión del disco, el coro salió primero. Era parte de otra canción que escribí para mi novio llamada “Star Trek Baby”. Al principio no quería ponerla en Bairopolis porque era muy personal. Pero después le dije a mi productor que me hacía falta un bolero. Me puso unos acordes de los que salieron los primeros versos de la canción. Después le pusimos el coro de “Star Trek Baby” y cayó a la perfección. 

¿Entonces tu novio es “Space Caco”?

I don’t want to claim that. No quiero fotos de mi nerdy-ass boyfriend por ahí diciendo que es “Space Caco” porque no es caco at all. Yo soy caco. Y la gente sabe que me gusta un buen caquish.

La canción es una oda al soft caco. Al caco que es bottom, que se deja comer el culito. 

Nosotras somos las que movemos El Género.

Cuéntame sobre el término “perreo cuir”. ¿Cómo lo describirías y qué relevancia crees que tiene para El Movimiento actual? 

Antes de contestar, quiero hacer un preface. Nosotras, las mujeres y las patas, siempre hemos participado de El Género. Las que están pecando en el clurb son mujeres heterosexuales con sus amigues pates. Nosotras somos las que movemos El Género. Somos las que comentamos en las fotos de les artistas, las que le damos share al contenido y la que nos vamos a perrear. 

Ya era hora que tuviésemos este tipo de participación de artistas cuir. Y creo que surge dentro del tiempo en el que estamos viviendo, donde hay mayor representación y visibilidad. Pero siempre hemos estado aquí. 

¿Quién te inspira como artista? 

Bad Bunny. Porque me puedo identificar con su historia. Comenzó trabajando por el mínimo, le metió a su sueño y ahora hace lo que le da la gana. Eso me motiva. 

Bad Gyal, y sé que es polémico. Pero me encanta que es una mujer cantando de que quiere que le coman el toto, así, sin cojones, que es ella. 

Me gusta mucho Enyel C. Creo mucho en él y su propuesta.

También me gustan mucho los boleros y la salsa. Escucho mucho a Héctor Lavoe y a Willie Colón. Música que me recuerda a mis abuelos. 

¿Hay algo más que te gustaría que la gente sepa? 

Que Villano, Gabriel y yo, we’re broke-ass bitches. Y necesitamos el apoyo de la comunidad para hacer lo que hacemos. No es fácil como una persona cuir no-binaria encontrar los recursos para make all of this happen. Todo esto, al final del día, sale de nuestro propio tiempo y dinero.

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